martes, 5 de abril de 2011

Todos los errores humanos son fruto de la impaciencia. Interrupción prematura de un proceso ordenado, obstáculo artificial levantado al derredor de una realidad artificial. A partir de cierto punto no hay retorno. Este es el punto que hay que alcanzar. El poseer no existe, existe solamente el ser: ese ser que aspira hasta el último aliento, hasta la asfixia. En un tiempo no podía comprender porqué no recibía respuesta a mi pregunta, hoy no puedo comprender como pude estar engañada hasta el extremo de preguntar. Pero no es que me engañase, preguntaba solamente. Sólo temblor y palpitación fue su respuesta a la afirmación de que tal vez poseía pero no era

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